Puerto de Tarifa

Se puede llegar a Tarifa directamente en coche, autobús, tren o ferry.

Otra opción es coger uno de los autobuses que conectan las principales ciudades españolas con Tarifa.

Situado en la parte sur de la ciudad de Tarifa, el puerto está a sólo 5 minutos a pie de la medina.

Tarifa se encuentra en el kilómetro 84 de la autovía N-340, que une Algeciras con Cádiz. Los viajeros procedentes de Málaga tienen dos opciones. La primera, tomar la autovía de la costa, pasando por Marbella, San Roque, La Línea y Algeciras. La segunda, tomar la autovía AP-7 desde Málaga hasta Algeciras y continuar por la N-340 hasta Tarifa. Desde Cádiz, atravesando San Fernando, el viajero puede continuar por la autovía de la Costa de la Luz o seguir por la N-340, pasando por Chiclana, Conil, Vejer, Barbate, Zahara y Tarifa. Desde Sevilla se puede llegar por la E-5.

La estación de tren más cercana se encuentra en Algeciras (a 20 km), mientras que el aeropuerto más próximo está en Gibraltar (40 minutos). Para vuelos internacionales, hay que dirigirse a los aeropuertos de Málaga o Sevilla (a unas 2 horas en coche).

Se puede viajar directamente a Tarifa en autobús (directo) desde Algeciras, Cádiz, Sevilla y Málaga.

Debido a nuestro cumplimiento de las normas de seguridad del código PBIP (Código internacional para la protección de los buques y de las instalaciones portuarias), todos los pasajeros deben dirigirse a la zona de embarque al menos tres (3) horas antes de la hora prevista de salida del buque.

Tanto los pasajeros a pie como los que viajan en vehículos privados deben dirigirse a la zona de check-in y obtener sus tarjetas de embarque en las taquillas de la compañía, al menos dos (2) horas antes de la salida. Una vez realizada la facturación, los pasajeros deben pasar por el control policial para sellar su pasaporte y por los puestos de aduanas para controlar su equipaje. Para los pasajeros de a pie, el equipaje se controla manualmente o por escáner. Para los vehículos privados, el paso por el escáner es obligatorio.  

Una vez efectuados estos controles, los pasajeros pueden dirigirse al embarque. En el nivel de la rampa o en la pasarela del buque, los agentes de policía se aseguran de que todos los pasajeros han sellado debidamente su pasaporte. A continuación, los pasajeros presentan su tarjeta de embarque a los miembros de la tripulación del buque y pueden embarcar.